domingo, 4 de diciembre de 2016

Del orgullo y otras tonterias

Sentado en éste pórtico, bajo un cielo despejado, sol reinando y yo preguntándome donde estás.
Veo las callejeras que discurren en franco desorden e imagino las veces que transitaste por ellas, algunas veces feliz, otras tristes, otras con preocupación, otras tantas con susto e incertidumbre y unas pocas veces conmigo al teléfono a la distancia... Y sigo preguntando... ¿Dónde estás?  ¿Por qué no eres tú quien me hace compañía?... Y entonces la respuesta viene a mi como un balde de agua fría...  Por el orgullo y otras tonterias.

Tengo tanto que contarte, tantas sonrisas que regalarte, tantos abrazos que entregarte y tantos besos que dejaste... Y otra vez me pregunto ¿Por qué no estás aquí para tomar lo que es tuyo?  Y ahora la respuesta viene en forma de verso... Por el orgullo y otras tonterias...

Compartí tanto en tan poco tiempo en esta ciudad que te acoge, conocí personas geniales, entregué parte de mi y ellas me entregaron parte de si... Sin embargo yo te buscaba a ti, entre las historias y remembranzas esperaba escuchar tu nombre asomar en alguna frase...  Esperaba alguna coincidencia, alguna referencia, alguna queja al menos y finalmente la encontré... Descubrí que esta ciudad te conoce mejor de lo que tu a ella... Que sabe de ti y de tus infortunios pero también de tus andanzas, de tus deslices y tus errores.

Ahora me marcho con un vacío en el pecho, una sed no saciada y dejando parte de mi aquí...  Y nuevamente me pregunto ¿ Por qué no eres tu quien me despide en el terminal?  Y la respuesta llega ahora en forma de susurro...  Por el orgullo y otras tonterias...

Parte el carro y creo paso por donde deberías vivir, no sé si estás ahí, en soledad o compañía pero lanzo un beso al viento con la esperanza de que llegue a ti, dejando a un lado El orgullo y otras tonterias...

Carlomagno 81

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