martes, 6 de diciembre de 2016

Mors osculi: El beso de la muerte


Ante de empezar esta entrada debo aclarar que no me referiré a la película de 1947, aclarado esto continuamos.

Todo, absolutamente todo lo que inicia en el mundo material está destinado a finalizar en algún momento, sin embargo para lo que tiene vida, es decir que nace, tiene un significado mucho más profundo, saber que aquello que nace algún día morirá nos crea de por si una angustia perenne; pero ¿Qué hacer cuando sabemos exactamente cuando ocurrirá?, he aquí que a algunos nos entra desesperación, temor, miedo, pánico, depresión y finalmente aceptación, claro que al albor del suceso supongo el miedo regresa nuevamente.

Cuenta la leyenda la vida está tan enamorada de la muerte  que siempre le envía regalos, seres vivos, que ella guarda para siempre, y es por ello que nos recibe con un tierno beso... un beso eterno, ante esto no nos queda más que sentirnos bendecidos de ser regalos tan valiosos ante un amor tan profundo...

Pero entre que la vida nos envía inexorablemente a los brazos de su amada tenemos la oportunidad de vivir, de gozar, de sufrir, de emocionarnos, de llorar y de reír y hasta de dejar legados para quienes vienen tras nosotros... ese es nuestro pago por el sacrificio.

Reflexiono y espero que el día que parta pueda darles gracias tanto a vida como a muerte por permitirme vivir, por permitirme conocer gente valiosa, por permitirme amar aún sin ser correspondido, por dejar una huella, aunque sea pequeña, en aquellas personas que toqué, en aquellos cuerpos que amé, en aquellas almas que pude alcanzar.

Cuando la muerte me dé su frío beso espero ver atrás y sonreír con satisfacción sabiendo que hice algo con mi vida.

Una noche viendo al cielo vi como en él las estrellas parecen tan llenas de vida y recordé las palabras "Al mirar las estrellas, en realidad estás mirando hacia el pasado. Muchas de las estrellas que vemos por la noche ya han muerto"  pero ese brillo del pasado es su legado, cuando muera quiero que al ver el cielo me recuerden, no por vanidad sino por amor, saber, donde quiera que esté, que en las almas que conocí dejé algo, algo bueno, algo positivo, algo de amor.

Cuando el frío beso de la muerte toque mis labios quiero unirme a ella sin miedo, sin arrepentimientos, sin sufrimiento... Y es que irremediablemente todos tenemos destinado el tierno y frío beso de la parca.

En el poco tiempo que me queda voy a procurar dar más de mi, conocer gente, conocer lugares, escuchar sus penas y alegrías, apenarme con ellas y alegrarme con ellas.

Cuando el frío beso de la muerte me toque ustedes serán mi legado.

Carlomagno81

domingo, 4 de diciembre de 2016

Del orgullo y otras tonterias

Sentado en éste pórtico, bajo un cielo despejado, sol reinando y yo preguntándome donde estás.
Veo las callejeras que discurren en franco desorden e imagino las veces que transitaste por ellas, algunas veces feliz, otras tristes, otras con preocupación, otras tantas con susto e incertidumbre y unas pocas veces conmigo al teléfono a la distancia... Y sigo preguntando... ¿Dónde estás?  ¿Por qué no eres tú quien me hace compañía?... Y entonces la respuesta viene a mi como un balde de agua fría...  Por el orgullo y otras tonterias.

Tengo tanto que contarte, tantas sonrisas que regalarte, tantos abrazos que entregarte y tantos besos que dejaste... Y otra vez me pregunto ¿Por qué no estás aquí para tomar lo que es tuyo?  Y ahora la respuesta viene en forma de verso... Por el orgullo y otras tonterias...

Compartí tanto en tan poco tiempo en esta ciudad que te acoge, conocí personas geniales, entregué parte de mi y ellas me entregaron parte de si... Sin embargo yo te buscaba a ti, entre las historias y remembranzas esperaba escuchar tu nombre asomar en alguna frase...  Esperaba alguna coincidencia, alguna referencia, alguna queja al menos y finalmente la encontré... Descubrí que esta ciudad te conoce mejor de lo que tu a ella... Que sabe de ti y de tus infortunios pero también de tus andanzas, de tus deslices y tus errores.

Ahora me marcho con un vacío en el pecho, una sed no saciada y dejando parte de mi aquí...  Y nuevamente me pregunto ¿ Por qué no eres tu quien me despide en el terminal?  Y la respuesta llega ahora en forma de susurro...  Por el orgullo y otras tonterias...

Parte el carro y creo paso por donde deberías vivir, no sé si estás ahí, en soledad o compañía pero lanzo un beso al viento con la esperanza de que llegue a ti, dejando a un lado El orgullo y otras tonterias...

Carlomagno 81

viernes, 2 de diciembre de 2016

Yo tan Eros tu tan Thanatos

Desde el primer momento que te vi algo nació en mi, algo que hace mucho no sentía, que hace tiempo creí no volvería a sentir, rogué al tiempo que se detenga, rogué a Eros sentir lo que sintió por psiquis, cuando probé la miel de tus labios, la ternura de tu voz, el tacto de tu piel, supe que era irremediablemente tuyo... Lo que no contaba es que tu eras de alguien más, alguien que te había dejado a la deriva, sin orientación y sin ganas de vivir, y que quién me entregaba su cuerpo en ese momento no eras tú sino la confusión, la pena, la nostalgia, la melancolía y la rabia.

Pero el amor es así, no ve de razones, no se da de a poco, llega de un flechazo, sin importarle siquiera que la otra persona sienta lo mismo... Es tan cruel y amargo como dulce y salvaje... Mi naturaleza me obliga a protegerte como protege un abedul a la pequeña flor a sus pies de la tormenta que galopa sin piedad destruyéndolo todo... lo que no contaba es que tu querías que la tormenta te lleve, te destruya, te golpee... todo con la finalidad de volver a sentir algo.

Y es así como comenzó esta guerra sin tregua entre lo que siento y lo que no sientes, entre mi deseo de que te quedes a mi lado y tu deseo de buscar entre lo arrabales quien pueda volver a hacerte sentir con vida, hoy que escribo estas líneas, después de tantos golpes que me has dado entiendo que lo que quieres es tener cuantas personas puedas hasta llenar ese vacío que yo anhelo llenar, quieres curar esas heridas que yo me propuse curar, ese dolor que me propuse calmar, pero decides buscar eso en otros cuerpos, en otros labios, en otras almas para las que solo serás un número más, un cuerpo más, un rostro más que se olvida al finalizar la tarea determinada.

Te deseo suerte en tu viaje aunque lamentablemente sé como terminará, aunque se que pronto el arrepentimiento hará mella en ti, prometí tantas veces no volver a escribirte e igual número de veces me fallé a mi mismo y lo que encontré fueron más golpes de tu parte.

Hoy te escribo estas palabras como señal de despedida, como un agradecimiento por haber despertado en mi lo que pensé no despertaría jamás, porque gracias a ello he comprendido una vez más lo efímero de la vida, pronto me marcharé a un viaje del que no hay retorno, un viaje al que todos estamos destinados, y de haber algo en mi destino espero verte ahí, pero espero verte con el peso de la experiencia y con la certeza de que ahora sí me habrás comprendido.

Y la pregunta que queda en el aire es ¿Ahora que hago con esto que siento por tí?, la respuesta está implícita, haré lo mismo que tu haces, con el amor y el dolor mezclados, crearé, crearé palabras sin tiempo, historias sin nombre.

Y es que al final de todo yo soy tan Eros tu tan Thanatos...